Su preocupación por aprender y conocer de otras
culturas lo llevaron a ser radioaficionado y el Ministerio de Comunicaciones,
amparado en la resolución 2177 de 1960, le concedió, el día 20 de septiembre de
1.967, licencia de operador HK2 BLH, actividad que realizaba desde su casa. En
aquel lugar, poseía la famosa antena de 20 metros, con la que mantenía conversaciones con radioaficionados de Cuba,
Guatemala, Estados Unidos, Alemania, Inglaterra y muchos más radioaficionados
de nuestro país. Captaba señales de la BBC de Londres, Radio Rusia, Radio
India, Radio de la Habana (Cuba) etc., entre otras.
Más tarde, estudió Teatro en la Escuela de
Bellas Artes, bajo la dirección de Jaime
Chaparro, Fernando Cruz Aristizábal, Ramiro Corzo; y la dirección general de
Rafael Contreras Navarro, todos ellos de reconocida trayectoria en las tablas y
la televisión nacional. Entre las obras más destacadas, en las cuales actuó, se
encuentran: “Oficina de Correos” de Sea Okeice y de Enrique Buenaventura; “Los Papeles del Infierno”, “La Orgía”, “La
Maestra” y “El Presidente”, obras presentadas con mucho éxito entre los años
1.968 y 1.971 en Valledupar, gracias a la invitación de Consuelo Araujo (la
Cacica), como también; en Ocaña y en el Banco (Magdalena)
El deseo de hacer algo más por su querida
tierra, lo llevó a incursionar como locutor en “Ecos de Ocaña” emisora
de RCN, en “Radio Catatumbo” de TODELAR y en “Radio
Sonar” de CARACOL. Su voz y sus actividades radiales fueron tan
reconocidas, en toda la región que, el 31 de enero de 1975 por decisión unánime
del Instituto Diocesano de Medios de Comunicación Social, fue designado como
gerente de Radio Catatumbo y la Voz de Aguachica.
Su carácter, honradez, pulcritud y pundonor, lo
llevaron a ser jurado de conciencia y Secretario de la Junta de Mejoras
Públicas de Ocaña, mediante decreto No.049 de abril 30 de 1.976, siendo Alcalde
el señor Jorge Aycardi Contreras. Estas actividades hicieron de su gente y su
pueblo un sitio inigualable para vivir.
Pero, su vena artística no se quedó ahí, pues
hizo parte del trío Piraligua y de los cuartetos Iscaligua y Camaná, evocando
grupos como: los Panchos, Los Tres Reyes, Los Embajadores y muchos más,
plasmando su romanticismo con la segunda voz. Fueron tantas y tantas las
serenatas, y tantos y tantos los amores, que dejaron innumerables corazones rotos el día de su matrimonio con Yamile
Rojas Páez, el más grande de sus amores de juventud, del cual quedan sus hijas
Jacqueline, Juliet, Zulma y su hijo
Carlos Rafael (Anthar Kharana); en el orden de aparición en el escenario de la
vida, puesto que, para los padres, todos tienen un papel igual de importante en
su existencia.
Hace alrededor de 32 años emigró, junto con su
familia, de esas tierras ocañeras a Bogotá, ciudad capital, que lo adoptó como
a uno más de sus queridos hijos. Se establecieron y el añorar su tierra los
llevó a abrir, en la calle 57 con 20, El Restaurante “El Perolao” y en él, “La
Embajada Ocañera”, sitio de paso obligado para toda la población de Ocaña en
Bogotá. Allí recibían con afabilidad a amigos y coterráneos ofreciéndoles
comidas típicas y el mejor rinconcito de Ocaña en la ciudad, por no decir el
único. Este hecho lo hizo el pionero de las Casas de Ocaña que existen actualmente
en el país.
Por las odiseas de la vida y la falta de apoyo, El Perolao, La Embajada
Ocañera, su archivo fotográfico, sus cuadros y ese anhelo de servir, pasaron
por las arenas del tiempo y encontraron su lugar en un rincón del corazón.
Pero, sus sueños y la cercanía de
algunos amigos, hicieron revivir ese espíritu alegre, que lo llevó a retomar la
idea de reunir en un libro, Apodos y Acrónimos de Ocaña, plumillas del Negro
Luis Alfredo García, personajes típicos, sitios y lugares pintorescos,
anécdotas y mucho más; de aquellas épocas que solo tienen vigencia en el
recuerdo.
ramiro neira clavijo
ramiro neira clavijo
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